La joven migrante mexicana de 28 años, María V. B. analiza sus experiencias de vida en Estados Unidos y España, contrastando la seguridad, calidad de vida y el racismo en ambos países
“Yo nací en la Ciudad de México y me fui a vivir a Estados Unidos, a California, a los 12 años. Principalmente, fue porque en México la situación estaba muy mal en cuanto a seguridad, había demasiados robos y asaltos”, relata María, recordando los motivos que llevaron a su familia a tomar la decisión de emigrar.
Una vez instalada en Rancho Cucamonga, en el sur de California, encontró una ciudad más tranquila y organizada: “Nunca más volvió a pasar nada donde yo vivía. Era una ciudad bastante segura, aunque muy sedentaria, todo se hacía en coche y las distancias eran muy largas”.
Sin embargo, su experiencia en Estados Unidos también estuvo marcada por el racismo y la discriminación. “Cuando Trump comenzó su primer mandato, el racismo aumentó mucho, especialmente hacia los afroamericanos y latinos”, comenta. Incluso recuerda un episodio en un centro comercial cuando hablaba español con su madre: “Estábamos en Macy’s y un hombre, comercial del supermercado, nos miró con desprecio y empezó a hablarnos con superioridad cuando empezamos a hablar entre nosotras, nos dijo que habláramos en inglés“.
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Un nuevo comienzo en España
Después de varios años en Estados Unidos, María decidió mudarse a España para continuar con su formación académica. “Me mudé a España hace dos años para hacer un Máster en Marketing. Al principio, la idea era regresar a Estados Unidos, pero me gustó mucho el estilo de vida aquí”, dice.
Comparando ambas experiencias migratorias, destaca la facilidad de desplazamiento y la calidad de vida en España. “Aquí todo es más práctico, los medios de transporte son fáciles de utilizar. No dependes tanto del coche como en EE.UU.”.
Si bien reconoce que en España también existen ciertos prejuicios hacia los migrantes, la percepción social es diferente. “No he sentido el mismo nivel de racismo que viví en Estados Unidos. Allá muchas veces se asocia a los latinos con el crimen, pero en España no he vivido esa discriminación tan marcada”.
María destaca, además, que si había algún tipo de delincuencia, era principalmente de parte de “hombres blancos jóvenes, no de migrantes mexicanos que pagan sus impuestos y solo quieren trabajar para labrarse una vida mejor”.
Dos realidades migratorias distintas
Para María, la migración a EE.UU. y a España ha tenido matices muy diferentes. Mientras que en Estados Unidos encontró seguridad pero también enfrentó discriminación, en España ha disfrutado de una mejor calidad de vida y un entorno más abierto.
“Cada país tiene sus pros y sus contras. En Estados Unidos hay estabilidad económica, pero también mucha desigualdad y tensión racial. En España, el estilo de vida es más relajado y humano”, concluye.